Todos nos hemos encontrado con una situación como esta antes, después de dejar un sándwich o el resto de un velouté de calabacín y queso a la intemperie durante unas horas, se volvió incomestible. Para evitar este tipo de situación en el futuro, es importante aprender lo que es la “cadena de frío”.
Noción de la cadena de frío
Volvamos a nuestras clases de ciencias de la universidad. Se nos enseñó que el frío sigue siendo el elemento más importante en la conservación de los alimentos. Una temperatura relativamente baja ralentiza el proceso de degradación celular, limitando también la formación y proliferación de bacterias. Las bacterias suelen ser de naturaleza patógena y siguen siendo una fuente inevitable de intoxicación alimentaria.
El principio fundamental de la cadena de frío se basa en una sola regla: mantener un nivel de calor que permita la conservación de los alimentos en un lugar adecuado donde el equipo tenga capacidad isotérmica, es decir, la capacidad de aislar la temperatura del interior de la caja de la del exterior.
En la industria alimentaria, esta noción nunca se toma a la ligera. De hecho, afecta no sólo a la calidad de los productos, sino también a la salud de los consumidores. Saber clasificar correctamente los tipos de alimentos según su grado de putrescibilidad es un elemento que debe dominar. No hay que olvidar que algunos alimentos se descomponen más rápidamente que otros. Por ejemplo, para algunos alimentos, una temperatura de alrededor de 0°C a 4°C mantendrá su estado durante mucho tiempo, mientras que otros requieren una temperatura que irá más allá de 0°C. Por lo tanto, es importante no romper la cadena de frío en determinadas circunstancias.
Los diferentes modos de conservación
Como ya se ha mencionado, la conservación no elimina las bacterias de los alimentos. Este procedimiento, sin embargo, asegura que su crecimiento se detenga. Sin embargo, este desarrollo reanudará su ciclo una vez que el alimento sea expuesto a temperatura ambiente.
En la industria alimentaria, la restauración e incluso en la cocina casera, el proceso de refrigeración sigue siendo indispensable. El nivel de calor debe permanecer cerca de 0 °C a 4 °C. Aquí es donde entra en juego el refrigerador, el electrodoméstico que hoy en día equipa todas las cocinas modernas. Esto asegura que los alimentos se mantengan en buenas condiciones a corto y medio plazo.
Para una conservación más duradera en el tiempo, preferimos optar por la congelación. Este proceso tiene lugar a una temperatura relativamente baja y a veces puede llegar a -18°C. A este nivel, el frío ataca el corazón mismo del producto, implicando también una transformación del agua contenida en la estructura en cristales sólidos. Este método es uno de los más eficaces para reducir la actividad bacteriana.
La bolsa de tipo isotérmico: una utilidad práctica
La bolsa de tipo isotérmico es hoy en día una de las alternativas más interesantes del mercado para la conservación de alimentos. Como su nombre lo sugiere, puede ser una bolsa muy ordinaria a primera vista. Sin embargo, hay un componente que cambia rápidamente en el interior: el aluminio dispuesto en una o más láminas. Depende del fabricante. En el lado ergonómico, este equipo tiene una cremallera para acceder fácilmente a su contenido o a sus diversos compartimentos.
Aunque no tiene características similares ni la misma eficiencia que los refrigeradores y congeladores, ello no impide que se presente como una solución a corto plazo para los usuarios que deseen mantener los alimentos frescos en un período de tiempo breve. La mayoría de los usuarios confían en sus capacidades durante las salidas de picnic o cuando transportan alimentos congelados, por ejemplo. De hecho, sigue siendo práctico después de haber hecho las compras en el supermercado y quiere mantener ciertos alimentos comestibles a una temperatura adecuada para evitar cualquier amenaza de putrescencia.
Por otro lado, un buena bolsa de frío también puede operar en la preservación de productos farmacéuticos. En algunos, hay sustancias que contienen ingredientes activos vivos que podrían ser eliminados por un fuerte choque térmico. Este equipo ofrece mejores condiciones de almacenamiento para los medicamentos, ya que la mayoría de ellos requieren un almacenamiento alejado de la luz o del ambiente exterior, por ejemplo.
Los principales criterios antes de hacer una compra
Si no tienes las nociones correctas en mente, conseguir el equipo adecuado para ti y tus usos es una verdadera carrera de obstáculos. De hecho, es fácil hacer una mala inversión cuando se enfrenta a la miríada de modelos ofrecidos por los fabricantes en el mercado.
El parámetro inicial que debe tenerse en cuenta antes de realizar la transacción es la capacidad de su futuro equipo. Aquí, es importante que te preguntes la naturaleza de tus usos, ¿cuánta comida llevas normalmente? ¿Cuál es su naturaleza? Etc. Por nuestra parte, recomendamos modelos con varios compartimentos para simplificar el almacenamiento y el acceso a los elementos del interior.
En segundo lugar, es imperativo que identifique el uso de su próximo equipo. De esta manera, puedes definir fácilmente la vida útil de la bolsa. De hecho, el tiempo de reserva no será el mismo cuando vayas de picnic, a una excursión o a una cesta de comida para el trabajo, por ejemplo.
Entonces, el mejor modelo para sus actividades será el que presente el aspecto práctico de acuerdo con sus expectativas. En las tiendas, tienes una amplia gama de opciones de diseño como asa o correa para el hombro, cremalleras reversibles y mucho más.
Una vez que tenga su equipo en su posesión, no olvide mantenerlo regularmente. Tenga en cuenta que el más mínimo rasguño, como los depósitos de suciedad en el tejido isotérmico, reducirá considerablemente su capacidad de conservación, pero también su durabilidad.
